Hoy en día la sobrecarga de trabajo y la mala distribución de nuestros tiempos hacen que almorcemos a deshoras , o simplemente no almorcemos o tomemos menos tiempo del fijado para almorzar. A menudo cuando hago las entrevitas a los colaboradores de empresas me manifiestan que suelen llevar su lonchera pero que esta la toman como a las cuatro de la tarde, obviamente el estado de los alimentos ya no es el mismo y en escasos 15 minutos terminan con él para continuar trabajando. Esto nos lleva a una serie de patologías como:
ü La rapidez a la hora de alimentarnos produce molestias gástricas.
ü El alimento debe masticarse bien para que llegue bien triturado al estómago.
ü El proceso de ingestión-digestión-absorción debe ser pausado y ordenado.
ü Debemos evitar que pase mucho tiempo entre comida y comida.
- Agregado a esto el tema del stress laboral resulta fatal, pues no nos desprendemos de temas de trabajo pendientes en la hora que debiéramos tener tranquilidad.
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